martes, 29 de marzo de 2011

Luz

Las noches en que tus brazos me envuelven, llenan mi mente de imágenes implacables que mis ojos mojados por las nubes que vamos creando con la  pasión de nuestros cuerpos, al mismo ritmo de los latidos de un solo corazón que bombea no solo la sangre sino también utópicos paisajes de color dentro de una esfera de cristal, atrapados y sin un fin. Ciclos de ti, vueltas y vueltas de sueños que eternamente brotan de tus ojos de luz, gota a gota mis ojos bañados de ti empiezan a derramar esa catarsis que viene de tus dedos de cada poro en tu piel.
La misma purificación que llega desde lo más alto en las nubes para complacer los más extraños sentidos de los hombres.
En tanto aquí estamos nosotros, al compás del sonido de las gotas que también el cielo deja caer en tiempos inescrutables y tempestuosos donde la calma no siempre esta después de la tormenta y la esperanza quizás no tenga tanta paciencia  de esperar  hasta el final para morir.
       Esa catarsis que sale desde dentro, y recorre cada centímetro, como rayos de sol que son eternos en el cielo  y que perdura por siempre en mi instinto cazador.

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